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Como sabemos y debido al estado de alarma, el Gobierno español ha aprobado la posibilidad de que las empresas puedan iniciar un ERTE (Expediente de Regulación de Empleo Temporal). Esta es una medida que toman las empresas cuando, por motivos justificados (económicos, técnicos, organizativos, producción, o por causas de fuerza mayor), decide suspender o reducir temporalmente los contratos de sus trabajadores. Esto quiere decir que los empleados, de manera temporal, o dejan de trabajar o trabajan menos horas.
Es por esto que aquellas empresas cuya actividad económica esté incluida en el anexo del Real Decreto 463/2020, de 14 de marzo de 2020, por el que se declara el estado de alarma, y por tanto se ven obligadas a dejar de prestar servicios y cerrar sus puertas temporalmente, tienen la posibilidad de iniciar un ERTE por fuerza mayor. De todas formas, aquellas no incluidas dentro de del listado, pero se vean directamente afectadas por la situación de alarma nacional y deban suspender la actividad o reducir las jornadas de sus trabajadores, también podrán presentar frente a la autoridad laboral competente la solicitud de ERTE.
Aquellas empresas cuya actividad económica esté incluida en el anexo del Real Decreto 463/2020 de 14 de marzo de 2020 tienen la posibilidad de iniciar un ERTE por fuerza mayor.
¿Qué implican los ERTES para los trabajadores?
A quienes estén incluidos en un ERTE por fuerza mayor por motivo de la COVID-19, se les reconocen unos derechos especiales:- Tendrán derecho a desempleo, aunque no tengan la cotización mínima.
- El tiempo que se esté cobrando el paro por este motivo no se descontará del paro que el trabajador tenga previamente acumulado.
